Imagen paloma mensajera tomada de Google.
Ningún ser humano sin excepción, está exento de partir de este mundo. En "un abrir y cerrar de ojos" y en el momento menos esperado. En un segundo tiene signos vitales y al siguiente ya no los tiene.
Cuando mi hijo menor vivía en mi vientre, en
ese entonces mi gran amiga GRAZIA, tenía dos hermosas
hijas: CIELO y ANGELA. Ellas, de físicos agradables.
Cielo, una joven hermosa y lo
que le hacía más simpática y agraciada era su manera de ser; siempre que la encontraba
esbozaba una sonrisa, la verdad muy rara vez recuerdo haberla visto seria, o
con gesticulaciones de enojo, se caracterizaba por su cálida sonrisa, lo que
hacía más grata su presencia. Le llevaba de ventaja unos años a su
hermana Ángela. En aquel tiempo Ángela debió haber tenido entre 8 y 9 años de
edad, aproximadamente. Recuerdo su comportamiento a veces travieso, natural de
su edad. Jugaba mucho con mis hijas quienes eran de edades
contemporáneas.
Al encontrarnos con Grazia, la pasábamos muy
bien, reíamos mucho, procurábamos vivir momentos entretenidos, ella solía
consentirme con los antojos del embarazo de mi hijo menor.
Grazia y sus hijas me recordaban con agrado,
según ellas, porque las hacía reír mucho con mi espontaneidad y flexibilidad de
mi cintura, de mi cuerpo en general para bailar música disco, pop, árabe y
el ritmo de lo que se conocía como la “Lambada”. (Hasta en la actualidad estos
géneros han sido mi música predilecta).
Durante unos años nos distanciamos, pues ya no
vivíamos cerca, cada una nos enfocamos en nuestras ocupaciones.
Aproximadamente diez años después nos reencontramos, Cielo ya era adulta,
casada, una señora joven que no perdía sus rasgos de buen parecer, Ángela,
también una joven igualmente guapa, tenía el cabello largo, sensual, a la moda;
ambas con físicos refinados.
Vivimos otro lapso de acercamiento por unos
meses y después volvimos a distanciarnos, hasta algún tiempo nos encontramos de nuevo ya que lamentablemente me enteré que Cielo, había fallecido de
manera súbita el pasado 4 de julio, estando en vacaciones en Cancún México.
Tristemente me enteré cuando ya todo había
transcurrido… Su familia, sus compañeros de trabajo la recuerdan con el alma
sonriente, como una gran persona y no son palabras como suele decirse
costumbristamente “de cajón”, son palabras honestas. Como ser humano, ella
debió haber tenido defectos, pero sus buenos hábitos, los rasgos positivos de su personalidad, la calidad humana
prevalecían y el amor que hacía brillar una luz en ella, quedaron impresos en los
corazones de todas las personas que tuvimos la oportunidad de conocerla.
Durante muchos años trabajó en su profesión,
aportando sólidos conocimientos a la sociedad, a través de una reconocida
compañía en la que se desempeñó como Ingeniera Química.
Fue una persona sistemáticamente organizada en
todas las áreas de su vida. Gracias a sus esfuerzos personales y profesionales
dejó a sus hijos muy bien amparados, prácticamente los estudios superiores
pagos y aunque nada compensa el DOLOR DE LA PÉRDIDA DE UN SER QUERIDO
TAN AMADO COMO LO FUE CIELO y con más razón siendo la madre de sus dos
hijitos; de todas maneras por algún motivo extraordinario, Dios permitió
bendecir inmensamente a Cielo a través de su trabajo, para que sus hijos sin
saber que fueran a perder tempranamente a su mamita, tuvieran asegurado
su porvenir, por lo menos hasta que se gradúen profesionalmente y después
puedan valerse por sí mismos. El amor de madre y de hija no tiene límites
y Cielo pensó en todo, también en sus padres a quienes honraba, especialmente a
mi gran amiga Grazia, de quien vivía pendiente para que no le faltara lo que
ella necesitara, pues su padre es pensionado y aunque su madre no carecía de lo
fundamental, aun así, Cielo velaba por ella, como lo hace Ángela también.
Hoy les cobija el recuerdo permanente de su
hija y de su hermana, en sus corazones ha quedado el sello impreso de Cielo,
quien los espera con los brazos abiertos cuando sea el momento que Dios depare
reunirlos de nuevo, pero en condiciones diferentes que solo El Creador conoce.
Puedo llegar a sentir el dolor de Grazia,
perder a uno de sus Tesoros, a su hija mayor, quien durante nueve meses vivió
estrechamente en su vientre unida a su bebé, alimentándole del oxígeno y nutrientes de su sangre, y nunca
hubiera esperado que su amada hija partiera primero que ella.
Gracias a la labor importante que Grazia
desempeñó con sus nietos, durante los ciclos de la infancia, Cielo podía ir a
trabajar tranquilamente porque sabía que sus hijos pequeños quedarían en las mejores manos, en las de su abuela materna, la misma madre que dio a luz
48 años atrás a su hija inolvidable, a quien su corazón desgarrado aun no logra
comprender ¿por qué se fue tan de prisa?, ¿por qué se fue primero que
ella?; sus ojos no descansan, nadan en llanto sintiendo el frío del
cruel dolor, el dolor difícil de superar. Perder a un ser hermoso no tiene explicación, es algo absolutamente
inefable.
No podemos entender los misterios del Universo,
los misterios de Dios, por duro que sea reconocer, Él es Soberano y sabe ¿por
qué hace las cosas?, una pregunta sin respuesta, de tal manera que está lejos de la comprensión humana.
Su única hermana Ángela, a quien le brindó todo
su apoyo y especialmente amor, cuando hace exactamente dos años y medio
concluyó un momento crítico de quimio y radio terapias por un cáncer de mama,
inclusive la familia en momentos de debilidad por este hecho, llegó a pensar
que ella podría partir de este mundo en el caso de que su enfermedad avanzara;
pero finalmente Dios le concedió a Ángela, la victoria de vencer al cáncer,
gracias también a su disciplina, a su coraje y especialmente a su Fe que nunca
se debilitó y al día de hoy, está recuperada y por una paradoja de la vida,
quien estaba aliviada y no se le conocía enfermedad alguna grave, pues no
pasaba de resfriados y de manera inesperada partió. En un segundo estaba con
signos vitales y al siguiente segundo, ya no los tenía. ¡Recordada Cielo!
También he sentido el dolor de Ángela, pues ya
no tiene a su amiga, a su hermana amada, a su “Ángel”, como suele llamarla.
Imagen propia de este blog
MAX
Una de las experiencias más sorprendentes fue
la de MAX, la mascota de Cielo y su familia; al viajar a México, dejaron a Max
al cuidado de los padres de ella, de los mismos abuelos que han amado
fervientemente a sus nietos. Mientras Cielo se encontraba en Cancún
México disfrutando de sus vacaciones con su familia, Max, el encantador perrito
Schnauzer, en las horas de la noche aproximadamente sobre las 10 horas del
pasado 4 de julio, empezó a gemir persistentemente, pareciera como si sus ojos
pudieran derramar lágrimas, así lo notaba Grazia. Estando Max en el segundo
piso de la casa y en el cuarto de los abuelos, repentinamente empezó a emitir ruidos
desde su interior de desespero, ansiedad, aflicción, quería como avisar algo a
los padres de Cielo e insistía en bajar al garaje en donde estaba el vehículo
guardado de los viajeros…rasguñaba la puerta parándose en dos patas y
desesperanzado ansiaba salir de la habitación hasta donde estaba el carro… pues al día siguiente
se supo que Cielo falleció entre las 10 y 11 de la noche en Cancún México, en
el mismo lapso que Max no encontraba sosiego estando en Bogotá Colombia.
Cada vez me convenzo más, que debemos estar
preparados para partir en el momento que nos corresponda; PREPARADOS quiere decir
no solo espiritualmente, aunque es lo más importante, también quedar a paz y salvo con todas
las personas en la parte financiera y con cosas pendientes: Cargas, problemas,
malos entendidos, desamor, heridas que no han podido sanar. Soy
consciente que es difícil aceptar a todas las personas y mayormente en este
mundo actual, donde se han perdido los principios y valores, pero hay que hacer
un esfuerzo y en esto ME INCLUYO, porque confieso que tengo
pendientes con personas a las que no he podido perdonar de corazón por más que
lo he intentado, me ha costado mucho y máxime cuando de una herida se han
ramificado más, pero estoy en el proceso y anhelo conseguir
este objetivo antes que quizá, no tenga oportunidad para lograrlo. Como
suele decirse tradicionalmente “No tenemos la vida comprada”.
EN MEMORIA DE “CIELO” UNA MUJER MARAVILLOSA Y DISCIPLINADA.
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