Este
versículo simboliza la vida de los animales que están a nuestro servicio y son
también compañía y apoyo en momentos de soledad.
Durante
el mes de agosto de 1987, un día entre semana al finalizar la jornada laboral,
salí de la entidad bancaria con la que trabaja por esa época, con el propósito
de ver a Luisa, una mujer adulta de la tercera edad, quien vivía sola únicamente
con su mascota, y a quien solía visitar frecuentemente antes de tomar el
transporte para mi casa.
Después
de insistir el Celador del edificio para anunciar mi visita desde el citófono y
al no responder Luisa, me permitió ingresar al apartamento por lo que ya me
conocía. Me aseguró que ella se encontraba allí. Al salir del ascensor, alcancé
a escuchar un lamento de Cupy, la mascota de Luisa, una perrita Golden
Retriever, quien la acompañaba desde hacía muchos años.
Cuando
estaba aproximándome a la puerta del apartamento, Cupy empezó a ladrar al
tiempo que arañaba la puerta, con ansiedad y desespero.
Mi
corazón latía más rápido de lo normal, e insistí con el timbre, pero Luisa no
mostraba indicios de aproximarse a La puerta para abrir. La desesperanza
persistente de Cupy me alertó, e inmediatamente fui en busca del celador, quien
después de haberse cerciorado de lo que acontecía, con ayuda de un cerrajero de
la administración logramos entrar.
Tan
pronto ingresamos al apartamento, Cupy con los sonidos desgarrados que emitía
desde su interior, nos llevó hasta el baño donde se encontraba Luisa, quizá se
arrojó una vez más sobre su cuerpo rígido e inerte, lamía su rostro como
queriéndole expresar “que reaccionara”. Sus gemidos tocaron la fibra más sensible de
mis entrañas, pero lamentablemente Luisa había fallecido.
Como a
Cupy no se le permitió entrar a la sala de velación, se instaló frente a la
funeraria; se apropió de ese pedazo de andén, justo frente a la ventana de la
sala de velación donde se encontraba el cuerpo sin vida de Luisa. Cupy se
paseaba en ese mismo lugar vez tras vez, gimiendo y aullando con un insondable
sentimiento de dolor. En cada gemido vaciaba su corazón hecho pedazos y de sus
ojos pareciera que fuese a desbordarse un mar de lágrimas que podría bañar
perfectamente a las almas desoladas sin amor.
Por más
consuelo, compañía y solidaridad que familiares de Luisa, le brindaron a Cupy,
no pudo resistir la ausencia de Luisa. Inevitablemente se internó en una
gran pena y treinta y cinco días después dejó de existir.
http://www.bloggergifs.com/
Los niños son únicos, inconfundibles, espontáneos, desinhibidos, sinceros, con una sola personalidad como la del Señor: “Pura”. La carencia de malicia y de experiencia en la vida los hace excepcionales al común de la humanidad. Ven todas las cosas hermosas y sencillas así muchas de éstas no lo sean. Son nuestros mejores maestros, tienen un pensamiento ágil, nos motivan a la reflexión cuando obramos equivocadamente. Nos suscitan el fluir de las ideas, nos ayudan a encontrar soluciones aunque la intención de ellos no sea ésta, porque no calculan, no premeditan, no sobre actúan y su naturaleza es sorprendente.
En una
oportunidad, una abuelita tradicionalista y con educación ruda, intentó
castigar a su nieto de tan sólo cinco años de edad, lo amenazó verbalmente y al
tiempo confirmaba estas expresiones señalándole con la mano:
“Si
continuas de inquieto, con este palo que tengo en mi mano voy a castigarte
hasta amoratarte, para que aprendas
a comportarte y..." continuó con la cantaleta,
mientras el niño la observaba fijamente y enojado; en fracción de segundos el
pequeño asumió una actitud de dominio, levantó sus pies con impulso arrebatando
de la mano de su abuela aquel palo indeseable y con decisión se apropió de éste
para cumplir con la amenaza de su abuela, pero no en él, sino en ella misma.
Aquel pequeño de cuerpo pero grande en entendimiento, correteó a su abuela por
toda la casa, hasta que finalmente ella aterrorizada no tuvo más remedio que
encerrarse con seguro en el cuarto de baño, para escapar del castigo de su
nieto.
Nuestro Señor es específico al ilustrarnos que los padres no debemos exasperar a nuestros hijos para que no se desalienten (Colosenses 3.21). Aquí también cabe mencionar la frase coloquial: “La abuela fue víctima de su propio invento”
http://www.bloggergifs.com/
Uwaldina,
una anciana de 94 años de edad, le expresaba continuamente GRACIAS a
Dios, para que la llevará pronto ante su Presencia.
Ella permanecía
en la silla de ruedas dependiendo física y totalmente de María, su nuera, quien
la atendía con dedicación, la mejor voluntad y amor. No obstante, como humana,
María, en varias oportunidades se sentía literalmente cansada, máxime cuando el
dolor crónico de espalda la afligía por tanto lidiar con Uwaldina, su
suegra. Manuel, su hijo, no tenía la paciencia, el amor y el esmero de su
esposa María para atenderla; renegaba continuamente, repetía vez tras vez
exactamente en presencia de Uwaldina: “Hasta cuándo, hasta cuándo soportaremos
este tormento?, lo mejor es internarla en un hogar geriátrico”. Solía regañarla
y cantaletearla porque su mamá no podía sostenerse en pie al ser conducida al
baño u otro lugar, por ellos, especialmente por María, su nuera.
Sin
embargo, Uwaldina no se quejaba ni discutía por nada; todo lo contrario, era
resignada y humilde, observándolo todo y lo que escuchaba lo guardaba en su
corazón. A pesar de su avanzada edad, no había perdido la memoria, era muy
lúcida y coordinada. Al escuchar las expresiones negativas de su hijo,
inclinaba la cabeza y llorando en silencio abría la biblia para meditar de
nuevo en ella y, a la vez, le clamaba a Dios siempre con gratitud para
que no prolongara por más tiempo su vida en el mundo, ya que estaba siendo
carga por no poderse valer por sí misma. Después permanecía inmersa en
sus reflexiones hasta quedarse dormida en la silla de ruedas.
A veces participaba de algún
programa de televisión que su familia estuviese viendo en algún momento. Poco
hablaba, pero se le veía sonreír con amor. Hasta que el 16 de junio/06,
estando sentada en su silla de ruedas, sobre las 9.00 de la mañana, suspiró
profundamente y volteando sus ojos, dejó de existir. El día anterior a su fallecimiento comunicó a María su nuera y otros familiares que se encontraban allí en ese momento, que veía por la ventana de la sala muchas palomas blancas hermosas y sin prestarle mucha importancia a este comentario ninguno de los presentes, cuando falleció cayeron en la cuenta que se había tratado de un anuncio sobre natural de la partida de Uwaldina.
Lo mismo sucedió con Tobby la mascota de la
familia, un perro french poodle que estuvo inquieto durante la noche anterior,
tuvo un comportamiento inusual, se paseaba insistentemente dentro de la misma
habitación de Uwaldina al mismo tiempo que gemía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Aprecio tus sinceros comentarios constructivos
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.