“El que es fiel en lo muy poco,
también en lo más es fiel; y el que en lo muy poco es injusto, también en lo
más es injusto”- “El que no trabaje, que no coma” (2 Tesalonicenses 3.10).
Alusivo a la anterior referencia bíblica, me permito comentar con absoluta
certeza lo siguiente:
Es real que existen muchos
profesionales sin ejercer, porque no encuentran ofertas de trabajo que se
ajusten con lo que estudiaron, otros no les resulta en el oficio que
saben realizar. Inevitablemente llegan las facturas y demás compromisos
adquiridos que no dan espera para pagar. La preocupación y depresión se
manifiestan y sé que no es sencillo sumergirnos en la Presencia Divina en estas
condiciones, no es fácil esperar resultados de las diligencias realizadas para
obtener un trabajo remunerado. Aun así debemos tener presente QUE SÍ
HAY TRABAJO PARA PRODUCIR con absoluta convicción, aunque no sea recompensado
mediante el dinero.
El diezmo de 24 horas equivale a
dos horas y media; mientras podemos firmar un contrato laboral con ingreso
fijo, estamos en capacidad de diezmar nuestro tiempo como mínimo en los
diferentes hogares, instituciones y fundaciones de diversas rehabilitaciones.
En alguno de estos lugares se requiere de toda nuestra colaboración, de
innumerables manos para ayudar en los oficios requeridos. También existen
personas que no pueden valerse por sí mismas, no tienen ni quiénes las guíe
para atravesar una calle, mujeres cabeza de familia que no pueden dejar a sus
hijos en un jardín infantil mientras consiguen el sustento diario, animalitos
domésticos que se hallan en situaciones deplorables y en el desamparo total,
estos seres inferiores también creados por Dios para nuestro servicio
necesitando a gritos que los auxiliemos.
Con base a lo anteriormente
expuesto, sugiero por experiencia propia, que utilicemos las profesiones que
aprendimos, las labores que sabemos hacer, los talentos que Dios nos regaló,
para el servicio de nuestros semejantes y de los seres inferiores, que al igual
que nosotros, tienen vida y sienten.
Entreguémoslo todo sin esperar
nada a cambio, para estas nobles y meritorias causas. Es ésta una manera
directa de trabajar para Dios y Él mismo se encargará de cubrir nuestras
necesidades y de proveernos especialmente de un trabajo con todas las
prestaciones legales y si es de manera independiente, tendremos todos los
beneficios. Basta trabajar con abnegación y sin reparo alguno, de esta manera
Dios nos hará firmar un contrato celestial a término indefinido, o seremos
altamente productivos mediante lo que comercialicemos.
Rita Daisy Moyano Chaves (Vanina)
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